Puede que os suceda alguna vez, vuestro niño se va a dormir por la noche en perfectas condiciones y a la mañana siguiente se levanta y no puede ponerse de pie, llora, cojea, tiene dolor y nos saltan todas las alarmas.
¿Qué ha pasado? ¿Se ha caído y no lo he visto? ¿Se habrá dado algún golpe? Seguramente no y lo que le está pasando es que se ha producido una sinovitis transitoria de cadera y bien, ¿Qué es eso?
Una sinovitis es una inflamación de la membrana sinovial que es un tejido que envuelve la cadera. Es la causa más frecuente de dolor de cadera en niños entre los 2 y los 10 años (con especial incidencia a los 3-4 años). Generalmente está relacionado con haber pasado un proceso infeccioso de garganta o gastrointestinal en días o semanas previas. Pero tranquilos, porque es una enfermedad benigna y se cura en pocos días.
Los niños más pequeños no van a poder describirlo con claridad pero generalmente se quejarán de dolor en la ingle, zona anterior del muslo y en la mayoría de los casos, dolor en la rodilla. Es más frecuente en niños que en niñas. Suele afectar sólo a un lado y lo mas común es que los niños tengan problemas para apoyar el peso sobre esa pierna, andar, saltar o correr.
Aunque se trata de un proceso benigno es importante consultar al pediatra para que pueda descartar otras causas. Os preguntará si ha tenido fiebre, sobre procesos infecciosos previos y valorará la movilidad de la cadera (generalmente el niño ofrecerá ligera resistencia a causa del dolor). El tratamiento es sencillo, probablemente recomiende tomar ibuprofeno unos días y reposo. Sí, las palabras niño y reposo son difíciles de compaginar, el reposo absoluto es muy complicado sobre todo a medida que se va encontrando mejor, así que digamos que intentaremos que se camine lo menos posible, mejor que no vaya al cole, nada de ir al parque, ni jugar con el balón, ni carreras y esas cosas.
Y por último, ¿ Podemos hacer algo para prevenir esto? Pues sí. Es importante recordar que siempre que sufrimos una infección y tomamos antibiótico no solo matamos el bicho malo, sino que también arrasamos con todos los bichos buenos que viven en nuestro cuerpo (la flora intestinal). Por eso siempre recomiendo tomar probióticos para recuperar la flora tras haber pasado un proceso infeccioso. Este consejo se puede aplicar tanto a niños como a personas adultas.
Algunos ejemplos de probióticos infantiles son Ergyphilus enfants de Nutergia o Lactibiane enfant de laboratorio Pileje. Son sobres y se toma uno al día disuelto en agua o leche (mínimo dos semanas). Para adultos tenemos en versión pastillas Ergyphilus plus de Nutergia o Acidophilus ultra de laboratorio Sura vitasan y si preferís sobres está por ejemplo Symbiotics G de laboratorio Vitanatur.
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